Las estafas por Internet suben casi un 40% en un año en la Región

La Comunidad registró en los seis primeros meses de 2023 un total de 6.153 ciberdelitos.

 

La Comunidad registró en los seis primeros meses de 2023 un total de 6.153 ciberdelitos, 5.410 de ellos fraudes informáticos


Estos cibercriminales manejaban datos de cuatro millones de personas. Fuentes policiales explican que esto es un riesgo de por sí: por ejemplo, aunque no se hagan cargos a la tarjeta de alguien, si hipotéticamente se han robado datos a esta persona, hay que seguir en alerta. En el supuesto de que los ciberdelincuentes cuenten, por ejemplo, con el mail, pueden dedicarse al phishing, haciéndose pasar por el banco u otra empresa, para engañar al usuario y que le proporcione sus claves con correos fraudulentos.
Recordamos siempre lo mismo: el banco no solicita nunca datos sensibles como el PIN o el CVV (el número de tres dígitos ubicado en la parte trasera de la tarjeta) por mail o SMS.


La Región de Murcia registró en los seis primeros meses de 2023 un total de 6.153 ciberdelitos, de los cuales 5.410 fueron estafas informáticas. En el primer semestre de 2022 se contabilizaron en la Comunidad 4.608 infracciones penales cometidas en Internet (de ellas, 3.916 estafas), según los datos que maneja Interior.


De acuerdo a estas cifras, la ciberdelincuencia aumentó en un año un 33,5% en la Región. Más crecieron las estafas informáticas: un 38% de 2022 a 2023.
En la Comunidad se cometieron de enero a junio de 2023 un total de 36.077 delitos de todos los tipos. Se lleva la palma la ciberdelincuencia, solamente superada por los hurtos, de los cuales se contabilizaron 8.321 en un semestre. El tercer lugar, los robos con fuerza, que fueron 2.738.


El ciberestafador se valdrá de todo tipo de estratagemas para robar a su víctima, también del chantaje


«La ciberdelincuencia implica la realización de actividades delictivas a través de medios digitales, como robo de datos, fraude en línea, malware, secuestro de datos, ciberacoso, ataques informáticos, difusión de contenido ilegal, amenazas, actividades de hacking ilegal o venta de información robada».


Envíos masivos de mail o SMS


En una sociedad cada vez más dependiente de la tecnología, los cibercriminales bombardean a sus víctimas con correos electrónicos o SMS fraudulentos. No mandan uno solo: hacen envíos masivos. Pese a que a los ciudadanos se les advierte de forma constante de que no han de abrir esos mensajes de texto sospechosos, siempre hay quien pica.
De hecho, la Policía y la Guardia Civil siguen viendo casos de gente que cae en los timos de las herencias de príncipes extranjeros.


El ciberestafador se valdrá de todo tipo de estratagemas para robar a su víctima: bien tratará lograr el número de tarjeta de crédito o bien información personal con la que chantajearle y pedirle dinero a cambio de no hacerla pública.


"No hay alarma social"


El término ‘scam’ (estafa, en inglés) es un paraguas bajo el cual se resguardan distintas modalidades de engaño, tales como el phishing, el vishing o los ‘romance scams’. En los cuales también sigue picando la gente porque, «si alguien está falto de afectividad, va a encontrar una persona que le va a engañar».


Agentes destinados en la Región apuntan que, pese al repunte de la ciberdelincuencia que se está produciendo, «no existe una alarma social» al respecto.


«No son ladrones que hagan ruido: ‘trabajan’ desde sus casas, no se les ve en la calle, no gritan ni destrozan escaparates para robar», comentan estos policías, que consideran que esta ‘discrección’ da lugar a que los ciudadanos «no sean conscientes de la epidemia de cibercrimen que se está produciendo, y de que ellos pueden ser perfectamente víctimas en cualquier momento».